Esta noche se ha vuelto cadenciosa, tus labios sicalípticos me han sugerido... lo innombrable.
Soy tuya en este cuarto ante los ojos culposos de los grillos, las espinas heridas de nuestros cactus... La lluvia empezó a caer por nuestras sábanas blanquecinas de cal y y hueso.
Soy tuya esta noche, demasiado obvio, sólo sé que soy tuya esta noche.
lunes, 13 de agosto de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
la sangre hierve... soy tuyo para siempre.
La penumbra es testigo de nuestro amor, no quiero nada más
Publicar un comentario